Estudiantes de la Unidad Educativa Juan Pablo II de la Zona Alto Següencoma

Este miércoles y viernes, las casas distritales de Bajo San Antonio y El Tejar expondrán cortometrajes animados para más de 100 estudiantes.

Los niños y niñas de tres macrodistritos paceños están incluidos en la celebración de la décimo quinta versión de Bolivia Lab. Con la programación de Cine en los Barrios, más de 150 estudiantes de colegios fiscales y particulares apreciarán cortometrajes animados ganadores del reconocido Festival Internacional de Annecy, Francia y otras producciones bolivianas.

“Esta muestra les da posibilidades e inspiración a las wawas de lo que podrían crear. Presentar estos cortos animados es una oportunidad para sumergir a las infancias al mundo del cine a través del dibujo (materia prima de la animación) y la imaginación. El Bolivia Lab llega a zonas alejadas y retoma las casas distritales que pertenecen al municipio”, destacó la coordinadora de muestras de películas en La Paz, Beatriz Jurado.

La curadora seleccionó cortos con diversas estéticas y que cuentan historias sin necesidad de diálogos para que el idioma no se convierta en barrera. La programación también incluye animaciones realizadas en Bolivia.“Hay tal cantidad de estilos que amplían la visión del cine animado industrial y comercial al que nos acostumbraron”, acotó.

La primera muestra se llevó a cabo el lunes en la Casa Distrital de Culturas Warmi Qamasa en Alto Següencoma. Este miércoles, la Casa Distrital de Culturas Jaime Saenz en Bajo San Antonio recibirá cerca de 60 niños y niñas. Los visionados concluyen el viernes 1 de septiembre en la Casa Distrital de Culturas Jiwasa en la zona Bajo Tejar.

Sobre el Festival de Annecy
Por 60 años, el Festival de Annecy se consolidó como un evento mundial dedicado a la animación, que junta a los cineastas más destacados del sector para celebrar la creatividad y la diversidad de estilos y técnicas de la animación. En junio de este año, se proyectaron 468 películas en esta ciudad alpina francesa.

Escrito por Karem Mendoza Gutiérrez