A lo largo de los años el espacio albergó distintas actividades que impulsaron la industria cinematográfica en el país.

Cuando uno conoce el mundo del séptimo arte puede tener distintos hogares y con ello uno se refiere a distintas salas de cine que son testigos de risas, llantos, abrazos, encuentros, entre otras tantas emociones. Uno de esos hogares es la Cinemateca Boliviana que el 12 de julio cumplió 44 años de aniversario albergando y exhibiendo muchos sueños materializados en lo que muchos llaman películas.

Este espacio no solo ha incentivado el mundo cinematográfico con la muestra de películas desde que inició en 1976 encabezado por Amalia D. Gallardo y Mario Mercado entre otras personas más; sino también ha impulsado la recuperación, conservación y preservación del patrimonio boliviano de imágenes en movimiento. El primer lugar en albergar a la Cinemateca Boliviana fue la Casa de la Cultura; sin embargo, el espacio que muchos recuerdan hoy en día es el que se ubicaba en la calle Indaburo y Pichincha bajo la dirección de Pedro Susz y el apoyo de Norma Merlo, donde se iniciaron tareas para el desarrollo de archivo cinematográfico.

A lo largo de los años, albergó grandes proyectos que impulsan el desarrollo de la industria cinematográfica en el país, uno de ellos es el Bolivia Lab que desde 2011 puede hacer posible distintas actividades de formación y exhibición gracias a la Cinemateca Boliviana y así establecer lazos no solo en el país, sino también en Iberoamérica.

Actualmente bajo la dirección de Mela Márquez, la Cinemateca Boliviana busca formar y educar a niños, jóvenes en el lenguaje de la imagen a través de la difusión de distintos materiales audiovisuales desde cortometrajes, largometrajes hasta espacios de capacitación e investigación.