El II Encuentro de Cine Comunidad y Diversidad (CCD), organizado en el marco de Bolivia Lab, concluye este viernes y más de una decena de participantes intercambiaron experiencias con el objetivo de generar alianzas estratégicas.

Durante el II Encuentro Iberoamericano de Cine Comunidad y Diversidad organizado en el marco de Bolivia Lab, cineastas compartieron experiencias y fórmulas exitosas sobre los espacios de formación, proyectos de fomento a la producción y festivales que se centran en protagonistas que surgen de la marginalidad y por la necesidad de la descentralización de la cinematografía. El espacio fue acogido desde el 30 de agosto en las instalaciones del auditorio del Banco Unión.

“Decidimos iniciar este Festival Internacional de Pastoralismo porque descubrimos en nuestro recorrido por Europa la vigencia de esta cultura ancestral — declarada por la Unesco en 2019 como patrimonio intangible cultural — para poner en valor la trashumancia y la ganadería sostenible”, enfatizó el director de Mendoza Film, José Tato Moreno.

Pasturas es parte de Mendoza Film, Laboratorio de proyectos cinematográficos, y se desarrolla en Maragüe, Argentina. Claudia Gaynor, productora ejecutiva de ambos eventos, resaltó que la comunidad se apropió de este nuevo festival que revaloriza las “sabidurías ancestrales para intentar salvar el planeta”.

Como este ejemplo, el encuentro contó con la participación de Sebastián Concha quien creó el Festival Muntijaqi de arte y ciencia en plena pandemia del coronavirus. Este espacio hoy también impulsa la formación de la imagen en movimiento para las infancias.

Otra oportunidad de circulación de películas fue la que expuso Yara Morales de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas. El organismo internacional organiza el Festival Internacional de Cine sobre Migración que activa el debate sobre los desafíos de los migrantes.

Las propuestas bolivianas no faltaron en el encuentro. Las representantes del Fondo de Mujeres Bolivia – Apthapi Jopueti expusieron sobre los fondos económicos accesibles para mujeres que buscan producir material audiovisual con enfoque feminista. Denisse Arancibia resaltó que las propuestas tienen un seguimiento de cumplimiento, pero alejado del paternalismo.

Las últimas ponencias fueron del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza y de Nicobis del que se sobresale el Festival Internacional para la Niñez y la Adolescencia Kolibri, pensado para acercar el cine a las infancias.  Las Gregorias mencionaron como potencia un archivo sobre mujeres de la historia boliviana que podría ser útil para la creación de productos audiovisuales. Por su lado, la cineasta Geraldine Ovando compartió parte de su última producción El Disco de Piedra.

Los participantes destacaron la segunda versión del encuentro de Cine Comunidad y Diversidad (CCD) organizado por Bolivia Lab. “Pocas veces se dimensiona el valor de estos festivales, es una sinergia de profunda conexión cultural”, concluyó Tato Moreno.

Precisamente, el CCD nace como una oportunidad para los creadores de generar alianzas estratégicas, compartir sus trabajos y hasta lograr acuerdos colaborativos que permitan su crecimiento. El evento concluye este viernes y se han expuesto más de una decena de trabajos que reflexionan sobre la descentralización del arte.

Escrito por Karem Mendoza Gutiérrez